Esta figura geométrica es particularmente un gran y potente
disparador de conciencia de la glándula pineal que permite que la vibración se
eleve a una dimensión más afinada y refinada con tu ser interno. Es la red de
consciencia que está rodeando al planeta y que le permitirá ascender de
vibración de manera natural dotándonos de la matriz del pensamiento sincrónico,
capaz de conectarnos con todos los seres de luz de distintos universos.
El dodecaedro es el quinto elemento, la quintaesencia que
nos conecta con el elemento “Éter”.
La red que ahora mismo se encuentra activada y rodeando
nuestro planeta es la unión del icosaedro con el dodecaedro y tiene la
particular acción de estimular nuestro hemisferio derecho del cerebro, la
conjunción de ambas representa la posibilidad de poder ver esas otras
realidades y como efecto está produciendo el colapso del tiempo lineal de
tercera dimensión, cosa natural para que estas posibilidades reales se den. De
este modo, se puede sentir mucho más la proximidad de esa cuarta dimensión y de
ese lapso de tiempo que los Mayas denominaron “el tiempo del no tiempo” que
estamos viviendo ahora mismo, hasta llegar de lleno coexistiendo en esa cuarta
dimensión donde la ciencia del corazón y la conciencia vayan de la mano.
El Dodecaedro es el nido geométrico perfecto en el que
encontramos al resto de las formas platónicas: tetraedro, cubo, octaedro e
icosaedro. Está en resonancia perfecta con Phi(la Proporción Áurea) y que ha
sido estudiada por Platón y Leonardo da Vinci.